viernes, 1 de abril de 2011

Hacia un mundo onírico

Siempre he soñado con vivir en un mundo perfecto en donde tengamos los mismos derechos y se acepten las diferencias, gracias a la interculturalidad sabemos que no somos iguales sino que tenemos diferencias y que no nos pueden obligar a ser todos del mismo molde y es por eso que debemos aprender a ser más tolerantes con nuestro compañero de al lada que habla otro idioma, cree en otras ideas, viste de otra manera y entiende el mundo de otra forma.


Siempre he querido dejar de tener vergüenza de manifestar mis gustos artísticos, musicales y políticos, pero también tengo que entender que no puedo esperar a que todo el mundo piense igual que yo, pero sí que lo acepten. Ese día deberá llegar algún día y espero que sea pronto.


También está la idea de que pensemos en lo que podemos hacer y no en lo que nos falta para poder cumplir con nuestro cometido, he escuchado muchas veces en mi vida que “este país no avanza por que los políticos son unos rateros, etc.” y yo me pregunto ¿no fueron ustedes mismos los que votaron por él?, en este país la gente desconfía de los cambios pero es que esto ocurre porque no creen ni siquiera en ellos mismos. No se sienten capaces de poder cambiar su propia realidad y por eso están en la amargura, y lo peor de todo es que esto se lo trasmiten a los jóvenes quienes también rehúyen de enfrentar el reto.


Yo soy alguien que siempre ha creído que el país puede cambiar para bien, pero esto solo se hará cuando la gente deje de ser tan obstinada en su pesimismo, muchos me dirán que soy un ingenuo y un soñador, pero yo respondo “si yo no creo en este país ¿quién lo hará?”.

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